Si entraste acá, probablemente te hiciste la pregunta sobre qué es el benchmarking. Por suerte, estamos para responderte estas y otras dudas que te surjan sobre este tema tan particular e importante para las empresas.
Continúa leyendo y descubre más sobre el benchmarking y el impacto que puede tener su aplicación.
Primero que todo, definamos qué es el benchmarking. Lo primero es entender que esta palabra traducida al español significa “analizar las mejores prácticas de su industria”.
Así, el benchmarking se basa en analizar y detectar qué buenas prácticas de marketing están realizando las demás empresas que se desenvuelven o en la misma industria que tú, o en alguna distinta de tu rubro, con el objetivo de entender qué es lo que estás haciendo mal, o cómo podrías mejorar y/o potenciar tus acciones.
En otras palabras, el benchmarking trata de comparar tu empresa con la competencia. En esta práctica, se toma como referencia a aquellas compañías que son “modelos a seguir”, ya que han tenido éxito en el desempeño de ciertas áreas, como su identidad institucional, imagen corporativa, publicidad, etc.
Como resultado, el benchmarking nos puede ayudar a: posicionar nuestro producto o servicio por sobre el de la competencia, detectar oportunidades y amenazas, o bien para inspirarnos y crear contenido innovador.
En resumen, aplicar este método de gestión te servirá para:
Si bien en la web te encontrarás con muchos tipos de benchmarking, son cuatro los que se consideran principales, entre ellos: el competitivo o externo, interno, funcional y genérico.
Este es el más habitual y el que más se parece a las características antes mencionadas sobre el benchmarking. Aquí se compara la situación de diferentes marcas de la competencia, abarcando la más directa, la secundaria y también la aspiración.
¿Cómo lo puedes aplicar? Existen algunos métodos que te permitirán obtener la información que buscas, como por ejemplo, a través de empleados antiguos, pasando como cliente de tu competencia o contactando a proveedores externos, esta sería una forma directa de obtener la información.
También puedes obtenerla de manera indirecta, ya sea investigando qué dicen las opiniones del servicio o producto en redes sociales, entendiendo el comportamiento de los usuarios frente a él, etc.
Finalmente, puedes usar el método cooperativo, donde te contactas con la competencia y en conjunto intercambian información.
Por otro lado, una herramienta común para realizar este benchmarking competitivo es el DAFO, el cual permite identificar las: Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades de la empresa.
Ahora bien, también es bueno mirarnos a nosotros mismos y analizar el desempeño de las distintas áreas de nuestra empresa, como una forma de autoevaluación.
Por ejemplo, podemos analizar los diferentes departamentos de nuestra empresa e identificar qué está funcionando y qué no, así podrás visualizar qué tiene cada área que puede potenciar a las demás y obtener mejores resultados.
En este tipo comparamos a nuestra empresa con casos de éxito de otros sectores, es decir, no buscamos analizar la competencia directa, sino que ampliamos el panorama hacia otro tipo de industrias que están consiguiendo mucho éxito y de las cuales podemos guiarnos.
Así, podemos encontrar nuevas formas de trabajo, estrategias u otro tipo de contenidos que podemos adaptar a nuestro sector.
El genérico se parece mucho al funcional, solo que este busca analizar procesos específicos de una empresa de un sector diferente del nuestro.
Esto ayudará a entender mejor qué funciones o procesos están obteniendo un buen desempeño, para así adaptarlo a nuestro sector y crear nuevas oportunidades de mejora.
Distintas empresas alrededor del mundo (algunas famosas y otras no tanto) han logrado el éxito gracias a sus esfuerzos de benchmarking. Acá 3 ejemplos de ello:
Starbucks realizó un benchmarking funcional, tomando como ejemplo a la empresa Toyota.
Notaron que los tiempos de fabricación de sus automóviles eran relativamente rápidos, por lo cual quisieron implementar un plan basado en la optimización de sus procesos para preparar café, mejorando la disposición de utensilios y las máquinas.
Así, aspectos tan simples como acercar o mejorar la disposición de ingredientes, hicieron que la preparación de sus productos mejorara casi en un 20%.
Un McDonalds de España realizó un benchmarking interno, la idea era conocer en detalle sobre los perfiles de sus clientes y el comportamiento de compra que tenían en las diferentes sucursales del país.
Para ello, utilizaron Graphex (una solución analítica que ayuda a las empresas a tomar mejores decisiones basadas en los datos). Esta plataforma recopiló datos de millones de transacciones de ventas para conocer el rendimiento de las distintas sucursales, lo que les permitió entender de mejor forma cómo las personas elegían sus productos.
Un ejemplo conocido en Estados Unidos es lo que sucedía en el Hospital General de Massachusetts; el cual hubo un tiempo en que recibió muchas críticas negativas por parte de pacientes, e incluso donde se llegó a tener un aumento de las infecciones.
Dado esto, realizaron un benchmarking competitivo analizando otros centros de salud del país, tomando en cuenta tanto las medidas de seguridad como el proceso de atención a los pacientes.
Así, notaron que el gran problema que tenían, era la falta de capacitación de su personal, quienes carecían de formación, estaban desactualizados y necesitaban mejorar sus conocimientos sobre los protocolos y procedimientos.
Al aplicar esto, la opinión de los pacientes mejoró y las infecciones disminuyeron en un 85%, ahorrándose 14 millones de dólares.
Ya sabemos qué es el benchmarking, pero ahora debemos preguntar cómo hacer uno. Está de más decir que las empresas que te interesa analizar no te van a dar el secreto de su éxito así nada más.
Por eso, para hacer un benchmarking efectivo, deberás seguir los siguientes pasos:
Dentro de tus objetivos también define los KPI que deberías incluir, ya sea un mayor engagement, el aumento de seguidores en RRSS, analizar qué fuentes te aportan más tráfico a la web, entre otros indicadores.
Para ello, compara tus datos con los de la competencia y evalúa cuáles son las posibles áreas de mejora para tu empresa.
Luego de un tiempo (el cual deberás haber definido previamente en tus objetivos) vuelve a medir y analizar tus KPI, para ver si estás obteniendo los resultados esperados.
Es importante tener claro que con el benchmarking no se trata de copiar lo que hace tu competencia, si cometes este error, corres el riesgo de perder tu propia identidad corporativa.
Por el contrario, se trata de detectar qué aspectos les hacen tener tanto éxito, e incluso ver en qué han fallado para no tropezar con la misma piedra.
Recuerda, la idea es mejorar analizando los factores que han influido en el éxito de tus rivales, no imitarlos. Finalmente, el benchmarking es aprender de la competencia para mejorar tus acciones.
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