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Radiografía de las mujeres en las TIC’S: Por un 8M conectadas

Cuando intento pensar en la primera vez que conocí Internet, recuerdo a mi papá llevándonos a mis hermanas y a mí a su trabajo. Era un sábado caluroso. Con la advertencia de “no toquen nada” y haciendo caso omiso a sus mandatos, logramos escabullirnos y meternos a las computadoras de las oficinas. 

Aquí escribes lo que quieras y la computadora lo buscará por ti”, me explicó Paula, mi hermana mayor, quien tenía mayor expertise que yo en el tema. “Número de teléfono Leonardo Dicaprio”, escribí en Google esperanzada y sin nadie a mi alrededor.

Tenía alrededor de 7 años. Internet no era lo que es ahora y si bien, nunca conseguí el número telefónico de Leonardo Dicaprio, desde ese día empezó a nacer una especie de amor por Internet. Me parecía mágico que una computadora entregara respuestas en un par de segundos como el espejo de Blancanieves. 

 

Mujeres e Internet en la nueva era

A medida que fui creciendo, Internet formó parte de mi identidad. Ayudé en múltiples ocasiones a mis amigas a personalizar el HTML de sus Tumblrs. Si en casa existían problemas técnicos con la computadora, era quien se encargaba de solucionarlos. Durante días y noches creaba blog’s y nadaba en portales de nichos específicos.

Internet siempre me pareció una aliada y una herramienta que las mujeres debíamos usar a nuestro favor. No obstante, a nivel global, esto no es así: las mujeres usan menos Internet a diferencia de los hombres. 

Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones, en 2019, un 48% de las mujeres en el mundo tenían acceso a Internet en comparación con el 55% de los hombres (ITU, 2020).

Asimismo, según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la probabilidad de que los hombres se conecten en línea es 21% mayor en comparación con las mujeres, y esta brecha aumenta al 52% en los países menos desarrollados.

Entender la brecha digital de género es esencial para analizar la situación actual de las mujeres que se desarrollan en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC ‘s). Es importante cuestionarnos qué barreras educativas se enfrentan, cómo se desarrollan dentro de sus ambientes laborales y las proyecciones como el camino que queda por recorrer en esta área siendo mujer. 

Dificultades y barreras digitales en mujeres

Es un hecho que las mujeres pobres, indígenas, afrodescendientes y de zonas rurales son las más afectadas y quienes más se enfrentan a barreras educativas como el acceso a la tecnología.  

Los estereotipos de género y la socialización femenina son el principal motivo detrás de esto. Es la sociedad quien delega a las mujeres los roles de cuidado y el ámbito hogareño y les imposibilita el desarrollarse en otras áreas, sobre todo en las ciencias y la tecnología. 

Según GWPR Annuan Index 2020, los principales factores por los que las mujeres frenan su carrera laboral se debe al cuidado de hijos y familiares (78%) y a la falta de un equilibrio entre la vida laboral y personal (más del 70%).

Es por ello que cuando hablamos sobre la relación de las mujeres con el Internet y la tecnología, se reflejan las desigualdades preexistentes de nuestra cultura. 

Según datos entregados por la UNESCO, en Latinoamérica, sólo un 32% de quienes estudian y se gradúan en ramas de ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas (STEM) son mujeres. En el caso de Chile, este porcentaje disminuye a un 19%.

Los sesgos a los cuales las mujeres deben enfrentarse respecto a las STEM, desaniman a las niñas a desarrollarse en este espacio, como también, a las mujeres a atreverse a estudiar y/o trabajar en esta área. 

Radiografía de mujeres en las TIC’S

Como hemos visto, existen dificultades y barreras que las mujeres enfrentan para desarrollarse dentro de los campos de la tecnología de la información. En Chile por ejemplo, la situación es preocupante. 

Según el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) un 16% de las mujeres trabaja en empleos relacionados con las tecnologías de la información.

Asimismo, para las mujeres que trabajan en estas áreas prevalece un sesgo de género en los cargos que utilizan. 

Un estudio de The Candidate analizó 150 empresas del área de marketing digital. Los resultados arrojaron que las mujeres tenían cargos referentes a marketing y redes sociales (27%), relaciones públicas y comunicación (18%) y gestión de cuentas (14%), mientras que los roles más técnicos y analíticos eran cubiertos predominantemente por hombres (SEO, PPC, Data Analysis, entre otros).

Otras barreras que se enfrentan las mujeres en este rubro están relacionadas con los cargos de liderazgo. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en América Latina las mujeres ocupan menos del 40% en puestos gerenciales

Asimismo, solo el 20% de las empresas tienen a una mujer como CEO. Esto genera que las mujeres que trabajan en las TIC ‘s no solo se enfrenten a una histórica desigualdad, sino que también, les resulta complejo desarrollarse dentro de esta área. 

Un camino que queda por pavimentar

A pesar de que las cifras resultan ser un poco desalentadoras y abrumadoras, es importante entender que no siempre será así. En Chile, han pasado solo 143 años desde que Eloísa Díaz, primera médica cirujana, se transformó a la vez en la primera mujer que ingresó a Universidad, 

Si bien, son pasos lentos, en los últimos años se ha incrementado la participación de mujeres en distintas disciplinas, inspirando a nuevas generaciones a transformar sus espacios de trabajo

La incorporación de mujeres a equipos de trabajo trae un sin fin de oportunidades y beneficios. Por ejemplo, según la OIT, incorporar a mujeres en cargos directivos significa una mejora de hasta un 20% en la rentabilidad empresarial. 

Asimismo, en este mismo estudio, se arrojó que de 13 mil negocios, el 60% se benefició del trabajo de las mujeres en puestos directivos, ya sea en términos de ganancias, creatividad y reputación

Mujeres digitales rompiendo barreras

Un nuevo 8M nos sigue abofeteando en el rostro y las injusticias parecieran no detenerse. Sin embargo, una sensación acogedora me abraza cuando pienso en las mujeres que me han inspirado para llegar hasta aquí. 

“Me siento demasiado feliz de usar Internet, siento que soy útil”, dijo mi mamá, que a sus 57 años y siendo dueña de casa, aprendió a usar un celular. El Internet no solo cambia la vida de quiénes nos dedicamos a esta área, sino también, de otras miles de personas que están allá afuera. 

Acceder a Internet es habitar en un mar de información. Asimismo, es abrir puertas a la educación y a mayores oportunidades. Fomentar el uso de Internet, sobre todo en mujeres, es romper con las barreras educacionales, sociales y culturales que nos fueron impuestas. 

Es fundamental que las empresas digitales se unan a estos avances y cambien las dinámicas de antaño para así entregarle a las mujeres el apoyo, flexibilidad y  también, incentivos para especializarse. Una empresa con equipos felices y capacitados debería ser el objetivo de todo negocio exitoso. 

Asimismo, espero que las mujeres, desde nuestras disciplinas y/o lugares que habitamos, sigamos pavimentando este camino para que una nueva generación de mujeres logren apropiarse del Internet y crear juntas un nuevo futuro sin olvidar a quienes nos antecedieron.